domingo, 4 de septiembre de 2016

Beneficios de colocar flores en casa y el trabajo.



¿Sabías que las flores y las plantas no son meramente estéticas o de decoración en ambiente interiores? Está comprobado que te ofrecen diversas ventajas y que vale la pena tenerlas a la vista en cualquier ambiente. En el siguiente artículo conocerás cuáles son los beneficios de colocar flores en casa y el trabajo.


Flores y plantas en casa: para qué sirven
Si quieres tener un ambiente más positivo, no dudes en empezar a llenar macetas con flores coloridas. Según una investigación de la Universidad de Harvard, los beneficios de ellas es que irradian sus colores y sus aromas, lo que nos trae como consecuencia, por ejemplo, mayor vitalidad al momento de levantarse y más energía a lo largo del día.
Algunos de los beneficios de tener flores en casa son:
Dejan de lado el estrés
Puede parecer una utopía, pero es la realidad. Las flores tienen la capacidad para eliminar los niveles de estrés que nos enferman o hacen que cualquier cosa sea motivo de pelea en casa. 
Si tienes la habitación repleta de flores, al descansar después del trabajo te sentirás completamente renovado. Y además, si dispones flores coloridas en la sala o recibidor, será como una cálida bienvenida al llegar de la calle. Puedes elegir las que desees, flores de cualquier color que te combinen con el diseño de tu casa, por ejemplo.

Brindan satisfacción
Para todos los sentidos, las flores son sinónimo de creatividad y armonía. Si te apasiona lo que haces pero te has dado cuenta que te falta un poco de imaginación, entonces, mantén el ambiente lleno de flores. Así, el balance será perfecto. Te ayudarán a sentirte bien como persona y como profesional, sobre todo si trabajas en casa. Tus actividades diarias serán totalmente diferentes y hasta lavar los platos será toda una aventura.
Podrás reciclar
Usando un frasco, una lata o una botella puedes hacer un hermoso recipiente para colocar allí tus flores. Reciclarás y no sólo le harás un bien al planeta, sino a tu bolsillo, porque no tendrás que gastar en maceteros. Usa lo que tienes en casa y aprovecha para demostrar tus dotes de artesana.
Disfrutarás de fragancias naturales
Nada de sahumerios, inciensos, velas perfumadas, humidificadores… las flores te aportarán una gran cantidad de aromas naturales. Elige aquellas que tienen más fragancia y que duren más tiempo, como es el caso de los jazmines. En lugar de echar perfume en aerosol, que no son favorables con el medio ambiente, opta por algo más natural que a la vez embellece los ambientes.


Ahorrarás dinero
Las flores no siempre son costosas. Puedes ir a un vivero o una feria donde vendan por cantidad y aprovechar ofertas para colocar en toda tu casa. Si te animas y tienes lugar, hasta puedes plantar tus propias especies.

Te relajarás y estarás de mejor humor
Los colores tenues de las flores blancas, rosas o amarillas pueden ser lo que necesitas para dor mir mejor por las noches o reducir los niveles de ansiedad y nerviosismo que te aquejan a diario. Recuerda que los tonos intensos como el fucsia o el rojo tendrán el efecto contrario, no se aconsejan colocar en la habitación.
Purifican el aire y te ayudan a respirar mejor
En el momento que hacen la fotosíntesis, las flores y las plantas absorben el dióxido de carbono y lo transforman en oxígeno, complementando el proceso respiratorio. A su vez, aportan humedad en el ambiente, por lo que disminuye la cantidad de polvo y partículas, ideal para los que padecen problemas respiratorios.
Flores y plantas en la oficina: qué nos aportan
Más allá de quedar muy bonitas y ser decorativas, nos brindan ventajas en otras áreas, como ser la productividad y el buen ambiente.

Mejoran la relación con los compañeros
Las flores tienen la capacidad de crear un ambiente más relajado entre los que trabajan en la oficina. Esto tiene diferentes razones, como por ejemplo, por ver algo colorido entre tanto gris del cemento o por aspirar el aroma. Todo ello repercute en mejorar el estado anímico y en consecuencia, mejorar la relación con los que tenemos alrededor, además del rendimiento laboral en general.
Remueven la calidad del aire
Pasamos muchas horas en un espacio que no siempre tiene una buena ventilación ni un lugar al aire libre para respirar. Colocar flores y plantas en la oficina sirve para absorber el dióxido de carbono y convertirlo en oxígeno. Es decir, que estaremos respirando un aire mucho más puro y menos cargado. Lo que contribuirá a que nos enfermemos menos. Si a eso le sumamos el hecho de que aumentan la humedad ambiente, las mucosas, la piel y la garganta se encontrarán más hidratadas, reduciendo los efectos del aire acondicionado y de la calefacción.
Reducen la estática
En las oficinas, los ordenadores, las impresoras, las fotocopiadoras, los teléfonos móviles y otros dispositivos generan un campo de electricidad que puede hacernos mal al estar junto a él durante tantas horas al día. Las flores tienen la capacidad para disminuir la estática de los aparatos electrónicos.
Reducen los ruidos
Sobre todo en sitios cerrados o con suelos duros. Las flores y las plantas pueden ahogar esos sonidos que nos hacen mal a los oídos y que repercuten en nuestra cabeza, ocasionando dolores. Son perfectas para trabajos donde se utilizan ciertas máquinas o los procesos son demasiado ruidosos. También pueden eliminar el humo, los patógenos y el polvo de estas máquinas.

Aumentan la productividad
Así como también la capacidad para estudiar y concentrarnos, incrementando el rendimiento de los empleados, reduciendo el estés laboral y consiguiendo mayor efectividad en las tareas.


viernes, 2 de septiembre de 2016

Las Emociones se Contagian.



Suena el teléfono. Miras la pantalla del móvil y ves el nombre de quien te llama. No lo coges. No te apetece que “esa persona” te complique la vida en este momento. Siempre tiene una queja o problema que contarte. Hoy te has levantado un poco contrariado. Has quedado para comer con tu amiga. Llegas a la cita y en cuestión de minutos te das cuenta que tu estado de ánimo ha cambiado.Admiras su entusiasmo y optimismo y, sobre todo, la capacidad que tiene esa persona para transmitirte buenas vibraciones y hacerte sentir mejor.
Estas dos escenas describen dos situaciones distintas, pero con las que me atrevería a aventurar todos nos sentimos identificados. ¿Quién no ha huido alguna vez de esa persona que nos transmite “mal rollo” o quien no ha buscado refugio en esa otra persona que es capaz de contagiarnos su alegría? Porque las emociones se contagian, sean para bien o para mal.


LAS EMOCIONES SON COMO UN VIRUS

Las buena vibración como la mala se contagia tan rápido como los virus de un resfriado, según apunta David Goleman en su libro Inteligencia social, donde menciona una serie de estudios que confirman que existe este contagio emocional. Uno de esos estudios demostró cómo las personas sometidas al experimento se iban contagiando de las emociones que veían en las fotografías, que se les mostraban, o de los individuos que entraban en contacto con ellas.

Todos podemos ser portadores y transmisores de estas emociones, aunque no siempre somos conscientes de ello. Hay que personas con habilidad para contagiar su tristeza, su mal humor, su envidia o egoísmo, al igual que hay otras capaces de impregnarnos de su entusiasmo e ilusión por la vida. Lo que sí nos resulta más fácil de identificar son los efectos que los otros dejan en nosotros.
Digamos que lo acertado sería saber protegerse de quienes son capaces de contagiarnos sus emociones negativas, lo hagan intencionadamente o no, y de compartir más tiempo con quienes irradian energía. Pero no siempre las emociones negativas son tan dañinas o inútiles para nosotros.Las emociones negativas, en su justa medida, también tienen su utilidad.
Pensemos en el miedo. Desde épocas ancestrales, sentir miedo nos ha protegido de depredadores y enemigos. La ansiedad es imprescindible para superar determinadas situaciones adversas, para reaccionar contra ellas para mantenernos en alerta o tensión. El dolor o la tristeza se pueden utilizar como trampolín para superar una situación.

Lógicamente, lo sano no es vivir de las emociones negativas, de hecho es importante controlar el tiempo que esas emociones están con nosotros. De ahí que, igual que necesitamos protegernos de ellas, también necesitamos establecer mecanismos para alejarnos de aquellas personas que son capaces de contagiarnos su ira, rabia o angustia y crearnos malestar.

Por otro lado, mostrar las emociones positivas siempre es más agradable, al igual que recibirlas porque se genera un ambiente más grato que beneficia a todos. De ahí, que sea más favorecedor rodearse de personas que nos hacen bien, que nos recargan de energía, que de aquellas que nos la arrebata. Si nuestro objetivo es disfrutar y ser felices en la vida, tendremos que intentar rodearnos de aquellas personas que nos ayudan a conseguir esa meta.



fuente: https://lamenteesmaravillosa.com/las-emociones-se-contagian/